Hernán Cortés.

Hernán Cortés.



Hernán Cortés nació en la Villa de Medellín, Badajoz, en 1485. Procede de una familia de hidalgos de Extremadura; es hijo único, y sus padres fueron el capitán Martín Cortés y Monroy y Catalina Pizarro de Altamirano. A sus catorce años, ingresó en la Universidad de Salamanca, donde estudió dos años de leyes, aunque no llegó a graduarse.


En 1504, viajó a las Indias, recién descubiertas por Colón, con el cargo de secretario de Nicolás de Ovando, gobernador de La Española, en lo que ahora es Santo Domingo.

Posteriormente, participó en la expedición y conquista de la Isla Fernandina, Cuba, en 1511. Fue secretario del gobernador Diego Velázquez con quién acudió a dicha expedición y este le nombró alcalde de la nueva ciudad de Santiago de Barbacoa. Más tarde, fue carcelado por conspirar contra Velázquez y, una vez en libertad, Hernán, se casó con la cuñada de este, llamada Catalina Juárez. Diego Velázquez le nombró jefe de la expedición que se estaba llevando a cabo para seguir con los descubrimientos en la costa de Yucatán al ver las riquezas traídas de México por Hernández de Córdoba. 

El gobernador armó una tercera expedición el 23 de octubre de 1518, misma que le confió a Hernán Cortés. Sin embargo, el empeño que mostró éste hizo que aquél desconfiara y le retiró la encomienda; pero Cortés se hizo a la mar antes de recibir la notificación.

Con once barcos, unos seiscientos hombres, dieciséis caballos y catorce piezas de artillería, Hernán Cortés navegó desde Santiago a la villa de Trinidad, y posteriormente a La Habana; finalmente zarpó de la isla el 10 de febrero de 1519 con rumbo a Cozumel, al mando del barco San Pedro. Llegó a Cabo Catoche, donde se encontró con un náufrago español, Jerónimo de Aguilar, quien hablaba el maya y posteriormente sería un valioso intérprete.

Desobedeciendo órdenes expresas del gobernador Velázquez, fundó en la costa del golfo de México la ciudad de Villa Rica de la Veracruz; por ser el Viernes Santo, día de la Verdadera Cruz. Allí tuvo noticias de la existencia del imperio azteca en el interior, cuya capital se decía que guardaba grandes tesoros, y se apresuró a su conquista.

Para evitar la tentación de regresar que amenazaba a muchos de sus hombres ante la evidente inferioridad numérica, Hernán Cortés hundió sus naves en Veracruz. Logró la alianza de algunos pueblos indígenas sometidos a los aztecas, como los toltecas y tlaxcaltecas. Antes de dirigirse hacia Tenochtitlan, Cortés llegó a Cholula, ciudad tributaria y aliada de los mexicas con una población de treinta mil habitantes, que tenía un arraigado culto a Quetzlcoatl. Una comitiva de cholultecas salió al encuentro del ejército de Cortés siendo recibidos y hospedados cuatrocientos españoles y cuatrocientos totonacas dentro de la ciudad, pero los dos mil tlaxcaltecas a quienes consideraban enemigos, debieron acampar en la periferia. Durante dos días el trato para los recién llegados fue hospitalario; poco después, las autoridades cholultecas comenzaron a evadir a Cortés y sus capitanes, ya que habían recibido en forma secreta instrucciones de Moctezuma para realizar una emboscada y aniquilar a los españoles. Pero como Cortés se enteró de esto, a la mañana siguiente el conquistador, anticipándose, capturó a los líderes cholultecas. Con una señal prevista mandó a su ejército a realizar un ataque preventivo, provocando la llamada matanza de Cholula. Más de cinco mil hombres murieron en menos de cinco horas bajo el acero de las espadas españolas y la furia incontrolable de sus aliados tlaxcaltecas y totonacasTambién se dio la orden de incendiar casas y templos. A pesar de haber sido una acción preventiva, muchas de las víctimas fueron civiles cholultecas que se encontraban desarmados.


 
Después de saquear Cholula, llegó a la capital azteca, Tenochtitlán, el 8 de noviembre de 1519, donde fue recibido pacíficamente por el emperador Moctezuma. Tras una breve presentación, hubo un intercambio de regalos. Cortés entregó a Moctezuma un collar de cuentas de vidrio que se llamaban margaritas y el gobernante entregó al caudillo un collar con ocho camarones de oro. 














Posteriormente los españoles fueron alojados en el palacio de Axayácatl, cercano al recinto sagrado de la ciudad. Este pueblo indígena identificó a los españoles con seres divinos y a Cortés con el anunciado regreso del dios Quetzalcoátl, lo que favoreció quizá, esta acogida a unos extranjeros que enseguida empezaron a comportarse como invasores ambiciosos y violentos; ya que, durante su breve estancia, los españoles descubrieron accidentalmente tesoros escondidos en una de las recámaras principales del suntuoso palacio de Axayácatl.


Entonces tuvo que dejar la ciudad a su lugarteniente Alvarado, para hacer frente a las tropas de Pánfilo de Narváez, enviadas por el gobernador Velázquez para castigar su rebeldía y devolverle a Cuba; Cortés los derrotó en Cempoala y consiguió que se uniese a él la mayor parte del contingente (1520). Cuando regresó a Tenochtitlán, encontró una gran agitación indígena contra los españoles a causa de los ataques realizados a sus creencias y símbolos religiosos y de la matanza de sus nobles por Alvarado para desbaratar una supuesta conspiración. Hizo prisionero a Moctezuma e intentó que éste mediara para calmar a su pueblo, sin lograr otra cosa que la muerte del emperador. 

El conquistador decidió huir con su pequeño ejército. No obstante, la maniobra fue descubierta y los mexicanos atacaron a los fugitivos, muriendo muchos de ellos: aquella sangrienta retirada es recordada en los anales de la historia con el nombre de "la noche triste".

Cortés consiguió rehacer su ejército y en octubre del mismo año inició su segunda marcha sobre México. Tras una sangrienta lucha cuerpo a cuerpo, el nuevo jefe azteca Guatemotzin, fue capturado y Tenochtitlán cayó definitivamente.

Los detalles de la conquista de México, así como los argumentos que justificaban las decisiones de Hernán Cortés fueron expuestos en las cuatro Cartas de relación que envió al rey.
 
                                                     Tenochtitlan, mural de Diego Rivera.

El 15 de octubre de 1522 Cortés fue nombrado Capitán General de la Nueva España, por Carlos V.

 

En 1528 viajó a España donde fue recibido por el emperador Carlos V, quien le confirmó el nombramiento, le otorgó además el título de Marqués del Valle de Oaxaca y le concedió veinte mil vasallos.

Cortés se retiró a vivir en su palacio de Cuernavaca, en compañía de su madre y de su esposa.

Continuó sus actividades y en 1532 sus naves exploraron el mar del sur descubriendo el mar de Cortés o Golfo de California.

A la llegada del primer virrey a la Nueva España, éste comisionó a Vázquez de Coronado para que fuera a los países de Cíbola, en busca de riquezas. Cortés protestó por esto y se embarcó nuevamente a España, en compañía de su esposa y de su único hijo, Martín Cortés. Allá fue recibido por el Consejo de Indias; sin embargo no fueron resueltas sus peticiones.

Su espíritu aventurero lo hizo emprender la expedición a Argel, en donde sufrió un accidente debido a una tormenta. En este naufragio que sufrió, perdió la mayor parte de sus bienes y tras ello todavía abatido, permaneció en la corte durante seis años esperando el reconocimiento de sus reclamaciones. Siguió viviendo con cierto desahogo durante unos años hasta que, amargado y decepcionado, murió en Castilleja de la Cuesta, cerca de Sevilla, el 2 de diciembre de 1547.



Casi al término de su vida fundó el hospital de Jesús Nazareno que a la fecha existe, en la ya Ciudad de México, y solicitó el envío de misioneros para evangelizar a los indígenas. En este lugar descansan ahora sus restos.












Hospital de Jesús.


Trabajo realizado por: Lucía Roldán Molinero 2º Bach-B.
BIBLIOGRAFÍA:

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