PARQUE NATURAL DE LOS ALCORNOCALES
Contenido:
- Introducción
- Localización y Territorio
- Historia
- Flora y Fauna
- El parque en la Web
- Conocer el parque: Excursiones y rutas
- Bibliografía
El Parque Natural Los Alcornocales, con una superficie de 167.767 ha, constituye uno de los espacios protegidos de mayor extensión de España. Su principal característica viene representada por la excelente conservación de las formaciones boscosas de tipo mediterráneo. Entre ellas destacan sobre todo las masas puras integradas por el alcornoque, que conforman el mayor ejemplo de este tipo de bosque a nivel peninsular, e incluso mundial.
Pero el alcornocal atesora mayores valores, pues viene a ser una magnífica representación de lo que es una relación sostenible entre hombre y naturaleza. Es precisamente el valor económico de la corteza de alcornoque, el corcho, lo que ha permitido la pervivencia, y aun la expansión, de esta especie tan singular y hermosa. Ello ha contribuido, asimismo, a la buena conservación de de los ecosistemas y biotopos que albergan estas montañas. Tal es el caso de los llamados canutos, que albergan reliquias de vegetaciones de carácter tropical que poblaron Europa durante la época Terciaria. En este sentido, las peculiares condiciones climáticas de estas sierras permiten que se muestren cubiertas por húmedos bosques que otorgan a este territorio una imagen alejada del tópico que se espera de los paisajes andaluces.
El Parque Natural Los Alcornocales está situado en el extremo occidental de la Cordillera Bética, siendo el tercero en extensión de los espacios naturales protegidos existentes en Andalucía. Pertenece a la provincia de Cádiz, excepto su borde nororiental, ubicado en la provincia de Málaga. De la primera ocupa parte del territorio de 16 términos municipales (Alcalá de los Gazules, Algar, Algeciras, Arcos de la Frontera, Benalup, Benaocaz, Castellar de la Frontera, El Bosque, Jerez de la Frontera, Jimena de la Frontera, Los Barrios, Medina Sidonia, Prado del Rey, San José del Valle, Tarifa y Ubrique) y uno (Cortes de la Frontera) de la segunda.
Dada la posición geográfica de Los Alcornocales, el clima dominante en la zona es, lógicamente, con influencia atlántica, pero una serie de factores contribuyen a singularizarlo. En primer lugar, la cercanía al mar provoca un efecto amortiguador de la oscilación térmica, manteniéndose éstas muy constantes y suaves durante todo el año. A ello hay que unir unas lluvias anuales que superan prácticamente los 800 L/m², llegando en determinadas zonas a más de 1.400 gracias a los frentes oceánicos que lo barren de oeste a este durante los meses de otoño, invierno y primavera. En las sierras del sur, cabe destacar además la presencia de veraniegas conocidas como las barbas del levante, que proporcionan humedad ambiental y valiosísimas precipitaciones horizontales en la larga estación seca característica del clima mediterráneo. Todos estos factores contribuyen a crear un microclima especial, de características muy similares al existente en zonas subtropicales y macaronésicas, que favorece el crecimiento de una exuberante vegetación selvática, que ha sido el origen del calificativo otorgado a Los Alcornocales: la última selva mediterránea.
El viento es también un factor a tener muy en cuenta en el Parque. La cercanía del estrecho de Gibraltar y la disposición norte-sur de las serranías más litorales, condiciona su frecuencia e intensidad, llegándose a alcanzar los valores más altos de toda la península ibérica, prueba de lo cual es la existencia del mayor campo de producción de energía eólica de toda España
Su poblamiento comienza hace decenas de miles de años, tal y como demuestran yacimientos arqueológicos cercanos pertenecientes al hombre de Neandertal, o los restos de grabados y que se remontan al Paleolítico y Neolítico. Pero son sin duda los abrigos de la Edad de Bronce los que más llaman la atención del visitante. Del más de medio centenar de cuevas existentes, destacan por su valor artístico y por su singular temática la Cueva del Tajo de las Figuras, considerada como la capilla sixtina del arte rupestre esquemático; la Cueva de la Laja Alta, que alberga un pequeño catálogo de las primeras embarcaciones que surcaron el mediterráneo procedentes de oriente; y el Cueva de Bacinete, con más de un centenar de representaciones pictográficas en magnífico estado de conservación.
Fauna
El Parque Natural de Los Alcornocales posee unas cualidades faunísticas de enorme interés no solamente en el contexto regional sino también a nivel peninsular y europeo. La diversidad de especies animales y el carácter que poseen muchas de ellas catalogadas de raras (aves de paso como el Búho chico, reptiles como el Galápago europeo, o aves sedentarias como el Mirlo Acuático, otras seriamente amenazadas como el Águila culebrera, Halcón peregrino o Meloncillo) y otras como especies muy mermadas en el número de individuos , sitúan a este espacio protegido entre las áreas más importantes en lo que a patrimonio faunístico se refiere.
A pesar de ser la zona un hábitat ideal, no existen poblaciones de jabalíes, aunque si existen abundantes cerdos asilvestrados con claros síntomas de mestizaje
El corzo representa la joya de la zona. Sus poblaciones son las más meridionales de su área de distribución mundial.
Los grandes carnívoros del bosque mediterráneo, el oso y el lobo, desaparecieron de la zona hace bastante tiempo. Su puesto ha sido ocupado por un conjunto de medianos depredadores, como son: zorros, tejones, melones y ginetas.
La fauna más desconocida y a la vez mas variada es la de los invertebrados. Invernan en el agua multitud de larvas de insectos. Las libélulas son de las especies más interesantes.
Las favorables condiciones climáticas de la zona unidas a la proximidad del continente africano, hacen de ella un verdadero paraíso para los reptiles, convirtiéndola en una de las zonas más ricas de Europa en estas especies. Destacan el fardatxo o lagarto ocelado , la lagartija colilarga , la culebra de escalera y la culebra bastarda. También abundan la salamanquesa, lagartija ibérica y eslizón ibérico. La víbora también frecuenta los roquedos y matorrales de montaña en los meses estivales.
Entre los anfibios podemos encontrar varias especies como el sapo común (Bufo bufo), sapo corredor (Bufo calamita), galápago leproso, galápago europeo y culebra de agua. Pero la especie más interesante es el gallipato o venancio que encuentra su hábitat en las balsas de riego.
En cuanto a las aves destacan; el halcón peregrino, cernícalos, aviones, vencejos, golondrinas y varias parejas de águila perdicera. Son propias también las múltiples especies de murciélagos que se refugian e invernan en las oquedades. Entre la avifauna propia de masas de bosque se encuentran especies como zorzales arrendajos, agateadores comunes, picos picapinos, pinzones, mosquiteros y páridos en general, así como aquellas propias de los enclaves más húmedos próximos a los arroyos, como oropéndolas, picogordo, petirrojos, etc.
Dentro de las rapaces resultan significativas las propias de masas arboladas, como el cárabo, la lechuza y los mochuelos entre las nocturnas, y azor, gavilán, águila calzada y culebrera entre las diurnas. Existen grupos y colonias nidificantes de cigüeñas blancas.
Asociados a los costados de areniscas (localmente conocido como "lajas") se encuentran colonias de buitres leonados y parejas nidificantes de halcón peregrino, águila perdicera y búho real.
Otras aves típicas de esta sierra son el arrendajo, el trepador azul, el petirrojo, el torcecuello, el pinzón, etc.
En los bujeos abundan los conejos, por el contrario la liebre casi ha desaparecido de la zona. Otros pequeños mamíferos son los topillos y los erizos.
Flora
ALCORNOQUE
Es, sin duda el árbol protagonista de este espacio natural ya que es el más abundante de la zona, al encontrar en ella un hábitat ideal. De la familia de las fagáceas, es un árbol que puede llegar a los 20 metros, de hoja perenne. Se desarrolla en clima húmedo y el suelo de arenisca es el más apropiado para su desarrollo. Crece en altitudes superiores a los 400 metros, pero sin sobrepasar los 1000 metros, ya que el fuerte viento de levante impide su desarrollo.
En la Sierra del Aljibe se encuentra el bosque de Alcornoques más extenso de la península.
Su floración va desde abril hasta principios del verano. Los frutos, las bellotas, son muy apreciadas como alimento del ganado porcino, y maduran desde septiembre a enero.
El mayor aprovechamiento del alcornoque es el de su corteza, muy gruesa, esponjosa y ligera que recibe el nombre de corcho. Este aprovechamiento ha contribuido muy favorablemente a la persistencia de estas grandes masas de bosque.
ACEBUCHE
En las zonas inferiores de las sierras se presenta un bosque denso, de baja altura, ramificado desde la base y casi impenetrable. El acebuche es el olivo silvestre. En otros tiempos fueros utilizados para el injerto de variedades de olivo dando lugar a olivares serranos, que con el paso del tiempo fueron abandonados y terminaron convirtiéndose en acebuchales.
De la familia de las oleáceas, es un árbol de copa redondeada y densa con tronco grueso, retorcido, de color gris, pero se suele presentar como arbusto pudiendo formar matorrales, aunque suele acompañar a las encinas y en menor proporción, a los alcornoques y quejigos.
Las ramas tienen extremos espinosos y las hojas son perennes. Las flores, en racimos, son blancas.
En la actualidad se encuentra protegido, limitada su corta y regulados sus tratamientos. La reducción de su área se debe a la extensión de la agricultura que ha ocupado amplias zonas, la mayor parte dedicadas al olivar.
Florece en mayo o junio y el ganado aprovecha su fruto, la acebuchina, que madura en otoño e invierno. Es una especie muy longeva, que resiste la sequedad y el calor, pero es sensible a las heladas. De bosque mediterráneo se adapta mejor a las zonas bajas y relieves suaves.
ENCINA
La encina, de la familia de las fagáceas, es el árbol más característico de España. Es de copa amplia, redondeada y densa. Las hojas son perennes y casi redondeadas. Florece en primavera y sus frutos caen en otoño. La bellota de la encina es muy característica, de forma ovoide y con un sombrerillo que cubre la base. Es la mejor para el alimento del ganado porcino ya que los cerdos criados con esta bellota producen jamones de mejor calidad.
La encina, de la familia de las fagáceas, es el árbol más característico de España. Es de copa amplia, redondeada y densa. Las hojas son perennes y casi redondeadas. Florece en primavera y sus frutos caen en otoño. La bellota de la encina es muy característica, de forma ovoide y con un sombrerillo que cubre la base. Es la mejor para el alimento del ganado porcino ya que los cerdos criados con esta bellota producen jamones de mejor calidad.
Tiene un crecimiento rápido y es uno de los árboles mis longevos. Crece en todo tipo de suelos, es muy resistente al frío, al calor y a la sequía, y se localiza hasta los 1.400 metros.
La corteza es muy apreciada y sirve para curtir cueros, sin embargo la madera de la encina es difícil de trabajar y al secarse se resquebraja, utilizándose sólo para objetos toscos.
Han desaparecido muchas áreas de encinares por explotaciones abusivas o sustituciones por cultivos u otras especies de repoblación. Actualmente se necesitan medidas de protección y conservación.
La corteza es muy apreciada y sirve para curtir cueros, sin embargo la madera de la encina es difícil de trabajar y al secarse se resquebraja, utilizándose sólo para objetos toscos.
Han desaparecido muchas áreas de encinares por explotaciones abusivas o sustituciones por cultivos u otras especies de repoblación. Actualmente se necesitan medidas de protección y conservación.
QUEJIGOS
En las zonas más húmedas, en el fondo de los valles y en las umbrías, crecen los quejigos. De la familia de las fagáceas, el quejigo es un árbol que puede llegar hasta los 30 metros pero se puede encontrar también en forma de arbusto. Tiene copa amplia, robusto y sus hojas son simples y de color verde oscuro. Florece antes que la encina, en abril o mayo, y su fruto, las bellotas, tienen pedúnculo corto y maduran en septiembre u octubre.
Los bosques de quejigos protegen el suelo ya que evitan la erosión y el exceso de insolación, aunque suelen encontrarse mezclados con encinas, alcornoques. Como resiste bien la altura, en algunas ocasiones se pueden encontrar cerca de los 2.000 metros, en las zonas altas suele sustituir a la encina.
CANUTOS
La palabra canuto es una denominación local que indica de un modo muy expresivo la idea que encierra. Se aplica aquí de modo figurado a las gargantas más o menos encajadas por ríos y arroyos permanentes, lugares muy húmedos, lo que da como resultado una vegetación densa y frondosa. Son sin duda los espacios más emblemáticos y originales del parque en lo que se refiere a su vegetación.
Estos bosques suelen estar formados de árboles caducifolios, siendo los más frecuentes; aliso (en las sierras), fresno y sauce (en las zonas bajas de los cauces) y álamo blanco (en el tramo inferior de los cauces). Son característicos de estos ambientes los epífitos, así como la abundancia de lianas y helechos.
MATORRALES
Matorral de montaña: En las partes más elevadas de las sierras con suelos muy pobres en nutrientes se encuentra un matorral de escasa estatura (menos de 1 m) formado por robledilla, bermejuela, brecina, jara estepa, torvizco macho y jaguarzo de montaña. En las zonas más empobrecidas, en las llamadas herrizas, la vegetación es muy dispersa, con brecina, bermejuela y drosofilo.
Brezal: Son varias las especies de brezos que abundan en la zona. Las cepas de los brezos son utilizadas para la fabricación de pipas de fumador. Además de formar los brezales al amparo de las condiciones de humedad de estas sierras, también se extienden por el sotobosque de alcornocales y quejigales.
Jaral: Estas plantas están adaptadas a resistir el pastoreo y a crecer rápidamente tras los incendios y desmontes, por tanto la propia expansión de estos fenómenos ha propiciado su extensión. En la zona podemos encontrar jara pringosa, jara estepa (más extendida que la anterior), jara rizada y jara morisco.
Lentiscar(Jerenguenal y Palmitar): El lentisco se encuentra generalmente asociado al acebuche en los bujeos. En los acebuchales transformados primero en tierras de cultivo ó pastizal y luego abandonados, se regenera un matorral dominado por el lentisco, junto con agracejo, matagallo, palmito, torvizco, jergúen y enredaderas como zarza, clemátide y zarzaparrilla. Cuando por razones de sobrepastoreo, se llega a la etapa más degradada de la serie, aparece el palmitar. Donde junto al palmito crecen otra plantas como cardos, tagarninas, esparragueras y gamones. Plantas "incomestibles" para el ganado, pero que son la base de la tradición culinaria de la zona, especialmente el espárrago y la tagarnina, y que generan por tanto una cierta actividad económica en la zona.
Tarajal: En las vegas de los ríos y arroyos que drenan zonas arcillosas, ricas en sales se presenta un matorral de tarajes y adelfas, junto con sauces y zarzas
HELECHOS
Se estima en aproximadamente cuarenta especies el total de helechos que viven en el parque. Entre estas especies podemos encontrar la cola de caballo o la seginella, el helecho real o el píjaro.
Helechos tan bonitos y raros en otras partes de la península, son aquí muy corrientes. Son estas especies ligadas a un microclima. Huyen del frío y necesitan un ambiente húmedo y una baja luminosidad. Por ello y pos su escasez han sido calificadas de reliquias vegetales, sobrevivientes de otras épocas.
Junta de Andalucía. Consejería de Medio Ambiente
Turismo Sostenible en Los Alcornocales
Guia 2.0 del Parque Natural Los Alcornocales
Cádiz Turismo
CONOCER EL PARQUE: EXCURSIONES Y RUTAS
Sin duda la mejor manera de conocer el parque es adentrándose en él. Y la mejor manera para adentrase es seguir los senderos señalizados que nos ofrece la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía:
- Sendero Arroyo de San Carlos del Tiradero
Longitud: 2,6 km.
Dificultad: Baja
- Sendero Canuto de Risco Blanco
Longitud: 4,7 km.
Dificultad: Media
- Sendero Garganta de la Pulga
Longitud: 1,6 km.
Dificultad: Baja
- Sendero Garganta de Puerto Oscuro
Longitud: 0,9 km.
Dificultad: Baja
- Sendero La Calzada Dehesa Boyal
El trayecto que aquí se propone, de apenas dos mil seiscientos metros, nos dirige por una antigua calzada romana hasta lo alto de la fortaleza medieval de Castellar de la Frontera, y su próximo yacimiento arqueológico, siempre con amplias vistas sobre una naturaleza agreste, entre valles y bosques de alcornoques que marcaron la historia de estas tierras.
Dificultad: Baja
- Sendero La Laguna del Moral
Longitud: 5,0 km.
Dificultad: Baja
- Sendero La Sauceda
Longitud: 4,8 km.
Dificultad: Media
- Sendero Ruta de los Molinos
Longitud: 1,6 km.
Dificultad: Baja
- Sendero Río de la Miel
Longitud: 2,4 km.
Dificultad: Baja
- Sendero Río Guadalmesí
Longitud: 6,9 km.
Dificultad: Baja
- Sendero Río Hozgarganta
Longitud: 2,8 km.
Dificultad: Baja
- Sendero Subida al Aljibe
Longitud: 6,8 km.
Dificultad: Media-Alta
- Sendero Subida al Picacho
Longitud: 3,3 km.
Dificultad: Media
- Sendero Travesía del Aljibe
Con algo más de diez kilómetros que atraviesan la sierra del Aljibe, acompañados de una vegetación a veces intensa, y con continuas huellas de antiguos pobladores de estas tierras, el sendero nos ofrece unas vistas panorámicas sobre el parque natural, el de su vecino Sierra de Grazalema, y del aún más lejano, Sierra de las Nieves.
Dificultad: Media
- Sendero Valdeinfierno
Longitud: 5,2 km.
Dificultad: Baja
- Sendero Vereda de Ubrique - Asomadillas
Longitud: 8,1 km.
Dificultad: Media
-ARAUJO, Joaquín. Los Alcornocales: parque natural. Barcelona: Lunwerg Editores, 2004
Fuentes electrónicas:
-http://web.mac.com/macduro/GuiaPNA/Indice.html (Consulta Octubre 2011)
-http://www.alcornocales.org (Consulta Octubre 2011)
-http://www.cadiz-turismo.com/parquesnaturales/losalcornocales/losalcornocales.php (Consulta Octubre 2011)
Antonio Ruiz Martín
2º Bachillerato A
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